«El Ejército de los muertos»: Los zombis llegaron a Las Vegas.

Zack Snyder regresa al género con el que debutó, el cine de zombis, un género muy manoseado hoy en día y con una fórmula repetida, pero que esta vez ha funcionado bien, dentro de sus posibilidades.

Es imposible no leer el título de esta película y no trasladarse al remake que Snyder hizo de Dawn of the Dead, del maestro George Romero, y sería difícil no entender ese intento de homenaje, y de crítica al consumismo: Pasar de un centro comercial a Las Vegas.

Los primeros 15 minutos de Army of the Dead son los mejores, una tensa escena en el desierto, un camión que pierde una carga peligrosa y el inicio de un ataque de zombis; y a continuación una batalla campal con un montaje espectacular. Vemos a Ward (Dave Bautista), Cruz (Ana de la Reguera) y Vanderohe (Omari Hardwick) intentando salvar a la ciudad de los no-muertos, con una versión de ‘Viva Las Vegas’ de fondo y con esa cámara lenta que tanto le gusta hacer a Synder.

Una sangrienta batalla conta los no-muertos.

Tras esa batalla, Las Vegas será cerrada con muros, y el gobierno planea destruirla, pero antes de eso un millonario propondrá a Ward entrar a robar 200 millones de dólares de la bóveda de un casino. Para ello tendrá que reclutar a un equipo, un grupo de personajes cliché y estereotipados, desde el alemán experto en abrir cajas fuertes, hasta la aguerrida mujer que sabe pilotear helicóptero. Y cada uno más inexpresivo que el otro. Pero buscamos acción, no un Oscar a Mejor actor.

Army of the dead funciona por las licencias que #ZackSnyder se toma, la mezcla de subgéneros (cintas de zombis con robos y atracos) y la creación de una nueva raza de zombis “más humanos” e inteligentes, pero falla en querer abarcar tanto y de manera forzada, problemas y traumas familiares, reivindicación feminista, inmigración ilegal, etc. Tal vez por eso al metraje le sobra media hora, sin problemas.

Pero Snyder cumple lo que promete, una película de acción adrenalínica y pirotécnica con impactantes y sangrientas muertes. Y aunque tiene todos los clichés del género, algunos demasiado evidentes como terminar con ‘Zombie’ de The Cranberries, logra su cometido: Que pases 2 horas y media de entretenimiento.