Pequeño manual para iniciarte en ‘Twin Peaks’

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Está sucediendo de nuevo. Twin Peaks, el psycho trip de su Real Mindfuckestad David Lynch, ya se había acopiado el cinturón de Peso Pesado de la royalty televisiva con un cóctel molotov de horror simbólico, telenovela made in Latin America, calidad artística, guiones LSD versión pesadilla, y trance visual marca registrada Lynch.

Desde el minuto cero en el que el cadáver de Laura Palmer apareció envuelto en plástico en la orilla de un lago al norte del estado de Washington en 1990, el misterio titánico de su muerte teen nos tomó las pupilas de rehén: entonces la serie se catapultó en meros 29 episodios y un piloto del suspense sci-fi a una colosal meditación junkie, trascendental, interdimensional, psicodramática, salvaje e indudable pieza de culto televisiva. La soap opera paranormal se hizo del Trono del Thriller Televisivo sin retorno… Casi casi.

Fuente: ABC.

La gravedad tirana de la industria televisiva requirió el sacrificio ritual de Twin Peaks con mutaciones narrativas y estilísticas para adecuarse al discurso noventoso del serial killer mystery. Para salvar la serie, Lynch firmó su acta de defunción hacia 1991 tras un breakup creativo con la cadena ABC que resultó en el abandono con un cruel cliffhanger para el episodio 22 de la segunda temporada. Catapultados entonces por el proverbial precipicio narrativo, el trip pegó un volantazo y nos desamparó sin solución de continuidad. Amar a David es jugar con fuego, little boys, y el desencajado finale de la segunda season orfanó al fandom fundamentalista -con todo y su con un tour de force de espectaculares escenas Bobtásticas del final, su explosión en la bóveda de un banco, empresarios chinos drag queens, y etcétera, etcétera-. Así y todo desde lo que parecía la más certera muerte, la más pivotal pièce de résistance televisiva mantuvo su culto durante tres décadas sin agregar más material que la precuela cinematográfica en 1992. El fuego caminó con nosotros para reentender, resimbolizar, recapitular, repetir, y re-hypear a los picos gemelos (e intentar hacer sentido en tanto caos discursivo) durante 25 años de silencio marca registrada Lynch.

Crédito: ABC.

Pero pecamos de poca fe. Habíamos dado todo por perdido y a Twin Peaks por terminada hasta que lo que sucedió en el Red Room debió salir necesariamente del Red Room y la autoprofecía lynchiana se completó con perfecta puntualidad en el preciso momento en que deberíamos haberlo esperado. Veinticinco años después de la dream sequence en la que Laura Palmer prometió volverse a encontrar al Agente Especial Dale Cooper, el Oráculo Peaks se cumplió bajo el signo de The Return, la tercera temporada en la que Mark Frost y David Lynch volvieron al macroverso Twin Peaks. La nueva serie de Showtime dinamitó a amateurs, evangelizados y fundamentalistas a la hiperdimensión del hype y nos dejó con severa necesidad de catch up con todas las cosas Twin Peaks, una damn fine taza de café, una porción gigante de pastel de cereza, y bailar como enanos sobre una mesa en un cuarto rojo.

Fuente: Showtime y Entertainment Weekly

Hoy, y a tres meses del (rarísimo) finale de temporada de The Return, podríamos decir que estamos casi del todo listos -porque con David Lynch nunca se sabe- para poder explicar cómo los tensores narrativos de las primeras dos temporadas tiran de los hilos de la tercera. Ya sea que te hayas pasado las últimas semanas queriendo ver El Regreso pero te da pereza refrescar los 30 episodios, que jamás hayas visto Twin Peaks y la última temporada te parece un buen lugar para empezar, o que quieras ser parte del vendaval cultural de la era, en Cine O’culto te resumimos la experiencia en 6 buenos, bonitos y baratos puntos a considerar para que renueves tu enciclopedia peakera.

1) Primero, primerísimo: ¿de qué va Twin Peaks?

Fuente: ABCLa blonda letal reina del Homecoming de un pueblo diminuto aparece envuelta en plástico en la orilla de un lago. Un agente del FBI llega a resolver el crimen con consecuencias insospechadas. Y el resto es historia. En 140 caracteres o menos, Twin Peaks es un policial de misterio supernatural creado por David Lynch y Mark Frost que salió al aire por la pantalla de ABC en 1990 hasta 1991 bajo el signo certero del director de Blue Velvet, Ereaserhead, Mulholland Drive, Elephant Man y toda su lisergia visual que además tuvo su precuela Fire Walk with Me, que ahondaba la semana previa al asesinato.

La patada inicial que desencadena toda la trama es el hallazgo letal del cadáver de la reina (Sheryl Lee) y cómo eso dinamita la dinámica microsocial de Twin Peaks que, a todo efectos y propósitos, es como cualquier pueblo chico: un infierno grande. La llegada del agente especial Dale Cooper (Kyle MacLachlan y nadie más que Kyle MacLachlan) sacude al gallinero y la poco ortodoxa investigación (si, con todo y hablarle a la invisible Diane, interpretación de sueños y descarte de sospechosos por tire de piedras) por el crimen de Laura con la ayuda del sheriff Harry Truman (Michael Ontkean). Dale arriba al pueblito creyendo encontrar una nueva víctima del asesino serial que persigue sólo para descubrir que el asesinato de Laura Palmer y el anterior de Teresa Banks es sólo la punta del iceberg.

Fuente: ABC.

Ahí es donde la serie sale del empieza a salir del guión habitual de asesinatos en serie en horario estelar de la televisión. La víctima era (naturalmente) la más preciada teenager que (naturalmente) escondía una aterradora parva de secretos y desde el inicio, Twin Peaks fue más que sólo más que un misterio del primetime. Del típico whodunit, se vuelve algo mucho menos tradicional que el arquetipo del serial killer y no se trata únicamente de la trama de la good girl gone bad y el avance de la investigación revela el caos de drogas, prostitución, sexo sadomasoquista con múltiples parejas. El primer diferencial es la mención del extrañísimo BOB que Laura menciona en su diario y que vemos encarnado en el cuerpo del aterrador Frank Silva, los sketches de los dibujantes policiales, y nuestras pesadillas.

Fuente: ABC

En el interín, el pueblo lidia con el duelo como puede. La ristra de personajes secundarios es variopinta y construyen una trama sólida plagada de freaks: los rizos icónicos y las octavas imposibles de la madre Sarah; las ansias de baile del padre repentinamente cano Leland, el imaginario insustituible del psicólogo Lawrence Jacoby y sus camisas hawaianas; el exnovio prototeen díscolo de Bobby Briggs; la mejor amiga Donna Hayward que se enamora del amante de Laura, James Hurley (con todo y tía loca tuerta que tiene superfuerza desde la segunda temporada); la sexy y excelentísimo love interest Audrey Horne y el maloso de su padre Benjamin; la familia Packard dueña del aserradero que destruye la ciudad capitaneada por la villana Catherine y su némesis Josie, y un etcétera de perlitas que contienen desde la mística Log Lady hasta el golpeador Leo Johnson y su esposa Shelly. Los primeros ocho episodios abren una red que entreteje al FBI, los Palmer, los Hayward, los Johnson, los Briggs, los Hurley, los Horne, los Packard, y los Renault en un thriller que lentamente se aleja de la realidad y se adentra en lo paranormal sin perder verosimilitud.

Fuente: TwinPeaksWiki

Eventualmente, el asesino de Laura es atrapado y lo que inicialmente se percibe como un primer esfuerzo para tratar la violencia de género y el castigo por la sexualidad se convierte, en definitiva, en una guerra supernatural representada por los opuestos diametrales del hombre de un solo brazo Mike y la leyenda del terror televisivo de BOB, que fue instrumental para la muerte de Laura.

2. ¿Y quién mató a Laura Palmer?

Crédito: ABC

¿Realmente quieres saber? Bien. Sigue leyendo bajo tu propio riesgo: hay spoilers delante.

La serie pega un volantazo trascendental para su segunda temporada sin arrepentimiento alguno: el séptimo episodio de la second season tiene una de las trasformaciones más desbandadas de la historia de la televisión, un plot twist que te deja buscando un GPS para ver dónde quedó lo que restó de la papilla en la que se acaba de convertir tu cerebro. La revelación de que Leland Palmer (Ray Wise) ha abusado sexualmente de su hija por años es solo la punta del consabido iceberg: el padre ha matado a Laura bajo el influjo espiritual del aterrador BOB -algo así como un espíritu del mal interdimensional que responde a Judy, EL MAL EN SÍ– y del que parece no tener registro alguno.

Además, se descubre que Palmer ha asesinado a Teresa Banks (Pamela Gidley) con un modus operandi similar, además de la primera doppelgänger de Laura, Madeleine Ferguson (también Lee). Después de morir ante un (muy inverosímil) trauma craneal, la muerte de Leland desboca a BOB para encarnar otro cuerpo (y ya vamos a llegar ahí). Y sí: es un largo camino del simple «¿Quién mató a Laura Palmer

Crédito: ABC

El asesinato de Laura Palmer desencadena la mitología densa y casi obtusa de Twin Peaks que vibra en la trastienda de toda decisión estilística, creativa, o narrativa y empapa todo el camino hacia nuestras pesadillas con sus símbolos. Aparecen enanos bailarines que hablan en simultáneo hacia adelante y hacia atrás, los búhos que no son lo que parecen, troncos que ven cosas, caballos en habitaciones, alucinaciones que pueden no ser alucinaciones y demás.

Fuente: ABC/ Tenor

La entrada al reino de las posesiones interdimensionales marca no solo el desenmarañamiento del mito con la emoción boy-scout paranormal que solo Dale Cooper puede imprimir, sino una reflexión de la vida misma y el factor diferencial que separa a Twin Peaks del resto de los productos televisivos. La vuelta de rosca hace vivisección del tradicional tropos de misterio y asesinato y crea su propio Frankenstein: un monstruo que pendula entre las representaciones de la destrucción sin sentido y la bondad simple como manifestaciones de la batalla supernatural entre el bien y el mal.

Man from Another Place. Fuente: Giphy/ABC

Y ahí está el engranaje que hace latir a Twin Peaks: el verosímil tiene una coherencia mitológica de la que no se arrepiente en ningún momento, y cuando explica que un espíritu malvado palpita en los bosques para asesinar mujeres poseyendo a hombres, se compromete con su decisión y su idioma de sueños librado a la interpretación personal su decisión.. Y, como las cosas de la vida, se compromete con las storylines que quedan vetustas, las resoluciones atípicas o directamente ausente de sus misterios, entregado a reflejar una visión más que a hacer sentido. Llegar al corazón oscuro e impredecible de Twin Peaks es un descenso a un infierno one way que refleja la vida y las patologías inexplicables que acarrea: hay preguntas que no pueden ser contestadas, misterios que no pueden ser resueltos, y en esa aceptación, la serie es un intento de entender la realidad. Lo que, en definitiva, no fue del todo bien con la gente de la televisión.

3. ¿Fue por eso que terminó hace 25 años?


Pues sí, pero no fue lo único que alteró el interés televisivo. El viraje hacia el surrealismo abstracto que nos habla en el lenguaje de los sueños no vende y difícilmente coincidía con las visiones comerciales de la cadena ABC y del estudio, que exigía que el programa siguiera el arco de misterio original y las convenciones narrativas. La heroína sin diluir de Twin Peaks se cortó con la primera, primerísima necesidad que le impusieron a David Lynch: revelar quién era el asesino de Laura Palmer. Desde el séptimo episodio de la  segunda temporada, el show desbarrancó al absurdo y se convirtió en parodia de sí mismo para caer en el total ridículo.

Como Catherine Martell travestida y vuelta de entre los muertos. Fuente: ABC.

A los hechos, Lynch jamás tuvo intención de revelar al asesino de Palmer y se refirió a ese misterio no sólo como una profunda reflexión sobre la vida misma, sino como el motor esencial sobre el que operaba el éxito de Twin Peaks. La decisión ejecutiva de explicar la premisa misteriosa de toda la serie era acuchillar, mutilar, descuartizar, y luego servir fría la provebial gallinita de huevos de oro que daba sentido a la serie. La fórmula efectista que el propio David Lynch sigue reprochando a la gente de ABC  hizo que el director se separara del proyecto. Desde ese momento, ese desbandado crossover entre lo macabro y lo mundano se convirtió más en la telenovela mexicana y storylines inútiles que volvieron infame a la serie. Twin Peaks quedó bajo la batuta del estudio y Lynch solo dirigió el final de la segunda temporada -sumándose a los 8 episodios de la primera, y los primeros dos de la segunda.

Pues, como la superfuerza de Nadine Hurley que vuelve a la prepa… Fuente: ABC

El delirio le salió caro a la ABC: después de tomar las riendas narrativas de Twin Peaks hacia 1991, el público perdió el encanto. Su falta de interés y la Guerra del Golfo que requirió un cambio de grilla totalizó en que la cadena cambiara la franja horaria del programa constantemente y pasó de ser uno de las series más vistas de los Estados Unidos en 1990 al puesto 85 de 89 programas televisivos de 1991 para su episodio 15. ABC decidió liberar sólo seis episodios más, y todo ahí se fue a la proverbial porra.

BIZARRE LOVE TRIANGLE

Audrey y Dale, de lo más lindo de Twin Peaks. Fuente: ABC.

Parte del conflicto con la storyline tuvo que ver cuestiones más mundanas y de naturaleza más romántica. Annie Blackburn (la bonita Heather Graham) sale de la nada misma -o de un convento, que es lo mismo- como la hermana suicida de Norma Jennings para reemplazar a la one and only Audrey Horne (Sherilyn Fenn) como el interés romántico de Dale Cooper. La decisión, como cualquier cosa en Twin Peaks no fue casual. Es más, de acuerdo a Mark Frost, Lara Flynn Boyle -que interpretaba a la bestie Donna Heyward– tenía un affaire con MacLachlan en el momento y puso su veto sobre la esperadísima y narrativamente correcta relación entre Audrey y Cooper, empujando a los guionistas a cambiar el interés romántico del agente del FBI mientras la femme fatale Horne se enganchó con Billy Zane.

Pobre Donna. Fuente: ABC

La miSma Fenn explicó que ese fue el caso en 2014 y sostuvo que la «estúpida decisión» fue corroborada por Kyle, que sostenía «que su personaje no tenía que estar con el mío porque no se veía bien porque era demasiado joven«, además de que Boyle habría generado el veto por los celos ante la recepción de su personaje.

Lara y Kyle fueron pareja durante dos años y medio. Fuente: Everyday Stock Photo

El desmadre narrativo, a esa altura, era irrecuperable y la segunda temporada de Twin Peaks terminó con un cliffhanger que jamás hallo resolución. La ABC no renovó para la tercera temporada y, pese a las peticiones y manifestaciones públicas y hasta un Lynch que pidió a sus fans que la salvaran, la serie quedó entre la espada y la pared y con un terrible aprieto que resolver. Al año siguiente, la precuela Fire Walk With Me vio la luz sin el éxito que pensaban y Twin Peaks cayó en el olvido.

4. Te veré de vuelta en 25 años

Nos veremos en 25 años. Fuente: ABC.

Laura Palmer le pifió por un año. El revival de la ficción devuelve a Dale Cooper a Twin Peaks vía odisea homérica a veintiséis años de la cancelación por la pantalla de la ABC. Y creíamos que jamás llegaría. Después de todo, Lynch puso su veto a «Complete Mystery», un boxset que incluía la novela gráfica que servía de tercera temporada que habían capitaneado Mark Frost, Matt Haley el productor original Robert Engels. Además, la propia Jennifer Lynch -autora de ‘The Secret Diary of Laura Palmer» e hija del director- desestimó rumores del retorno en 2013.

Welcome back. Fuente: Showtime.

Todo cambió al año siguiente, cuando el cásting abierto para una promo de Twin Peaks dirigida por Lynch himself para el box set de ‘Twin Peaks: The Complete Mystery Blu-ray set’, además de ser más críptico de lo usual respecto a si eso representaba un regreso. El anuncio llegó en octubre de ese año cuando Showtime afirmó que darían aire a una miniserie de nueve episodios escrita por la dupla Lynch y Frost y dirigida por Lynch con la marca registrada de que se trataría de una continuación de la serie en la que volverían los mismos personajes de siempre. Pese al tire y alfoje presupestario, la gente de la cadena le dio total libertad creativa y Lynch confirmó que habrían 18 episodios de la serie para volver a la atmósfera Twin Peaks. Y ahí es donde nos empezamos a preguntar qué diantres sucedió.

5. Meanwhile

Mientras tanto… Fuente: ABC.

¿Y dónde nos quedamos? Pues, para entender la tercera temporada, es elemental saber un par de cuestiones mitológicas de la estructura de Twin Peaks, y eso tiene que ver con los opuestos diametrales de MIKE y BOB. El Hombre de un Solo Brazo -en el cuerpo de Phillip Gerard (Al Strobel)- revela a través de un sueño de Cooper al asesino real de Laura Palmer: el ser interdimensional del mal BOB (Frank Silva, un miembro del crew que fue casteado por el propio Lynch de forma arbitraria y que terminó convirtiéndose en una leyenda lynchiana). Además, explica que él y BOB solían ser socios, pero que su brazo eligió otro camino y se manifiesta como el Man from Another Place. La revelación se acompaña con las primera aparición formal del Red Room, el purgatorio físico de cortinas rojas con piso blanco y negro, donde el Dale del sueño envejeció 25 años y se encuentra con el enano bailarín (The Man from Another Place) y una visión de la propia Laura, que susurra algo en su oído.

El One Armed Man y el Man from Another Place (el hombre de un brazo y el hombre de otro sitio) en el Red Room. Fuente: ABC.

La epifanía de la existencia de BOB pone al caso sobre otros rieles, y si bien se resuelve que en efecto fue Leland Palmer/BOB quien asesinó a Laura, Twin Peaks aún tenía quince capítulos por delante In Comes Windom Earle (Kenneth Welsh), un descarado intento de la cadena de revertir la trama paranormal al misterio habitual, y el excompañero de Dale Cooper arrastra una pesada valija narrativa. Earle, el former FBI buddy de Cooper, asesinó a su esposa Caroline (Naomi Watts) en un breakdown nervioso tras descular el affaire que unía a las dos personas más importantes de su vida.

Earle llega a Twin Peaks para jugar la partida de ajedrez más letal de la vida de Cooper (literal: usan cadáveres como piezas en un momento) en un intento penoso de darle un sólido MO. Lo único rescatable del nuevo villano es la búsqueda del Black Lodge, otro de esos espacios interdimensionales donde el mal y el miedo arman su logia, con todo y las supersticiones indígenas que el propio Deputy Hawk se apresura a instaurar.

Windom Earle en carne y hueso. Fuente: ABC.

En el interín, Cooper se enamora de la novicia-devenida-en-camarera Annie Blackburn (la que nombramos más arriba), que se anota al concurso Miss Twin Peaks junto con el resto de las personajes femeninos (sí, Lucy Moran baila increíble y Lana Milford hace algo llamado «jazz contorsionista exótico») en un intento de generar consciencia por la comadreja de pino. Después de detonar una bomba, Earle (disfrazado de la Log Lady) secuestra a Annie para llevarla al Black Lodge.

Miss Twin Peaks. Fuente: ABC.

Laura hace su ristra de profecías (sí: «te veré en 25 años» mientras dice «mientras tanto» y hace un gesto con las manos) mientras Cooper se encuentra con los doppelgangers -un desdoblamiento malvado del espíritu en el Black Lodge– de Laura, del Man from Another Place y el de Leland que asegura no haber matado a nadie. Cuando Cooper halla a Windom, siendo el héroe que es,  jura dar su alma a Earle si le permite a Annie vivir. Pero no se sale con la suya. El mismo BOB clama que Earle no tiene jurisdicción en la Logia Negra y que solo el maloso espíritu tiene la capacidad de robar almas… Así que hace lo propio con Windom y lo mata en el acto (y se ve re metal).

Así de metal. Fuente: ABC.

Para ese momento, aparece el doppelganger del propio Cooper, que ríe con BOB, mientras el Dale real corre a lo largo de todo el Lodge, evidentemente perdido. Hacia la noche, tanto el agente más especial de nuestros corazones como Annie aparecen en el bosque mientras se desvanece el portal a la Logia Negra.

Muy gracioso, chicos. Fuente: ABC.

El season finale es contundente. Mientras Donna Haywarth se entera que Ben Horne puede ser su padre, los hermanos Packard se reúnen después de que Catherine vuelve de los muertos disfrazado de empresario japonés, Bobby Briggs y Shelly Johnson determinan casarse después de que Leo quedara paralítico (y estuviera atado a a un poste en la casa de Earle con arañas a punto de asesinarlo), y Audrey Horne se encadena a la bóveda de un banco para frenar un proyecto de megadeforestación donde explota una bomba. Y eso son sólo los personaje secundarios.

Ay, cayar. Fuente: ABC.

Habiéndose enterado que Annie sobrevivió y que está fuera de peligro, Cooper se recupera de sus heridas en el Great Northen Hotel. Cuando va a lavarse los dientes, se mira en el espejo y estrella su cara contra el espejo. Del otro lado del reflejo, aparece BOB. Cooper es el doppelgänger y ríe incontrolablemente. Fin. Te veremos en 25 años, Dale.

5. Blanco, negro y rojo.

Fuente: ABC

Finalemente fueron 26. La potente y ridículamente climática escena final desbandó al fandom y nos dejó colgados de un cliffhanger cruel. Las posibilidades se bifurcan: o el Cooper real sigue atrapado en el Black Lodge, o como Leland antes que el, BOB ha tomado por asalto al cuerpo de Dale. Y para entender la dimensión de cualquiera de estas posibilidades, hay que entender qué son los portales  Black y White Lodge.

El Black Lodge. Fuente: ABC.

BOB es el huésped estrella del Black Lodge y una fuente extradimensional del mal gigante: el miedo y la angustia se nuclean en este espacio cuyo portal puede hallarse en pleno bosque de Twin Peaks cuando Júpiter y Saturno se encuentran, de acuerdo a un petroglifo de la Owl Cave. Su portal -una especie de charco de aceite quemado rodeado por doce árboles- une dos mundos y el costo ritual para conectar es el miedo. Allí, también, habitan los aterradores doppelgängers de Laura Palmer, Maddy Ferguson, Annie Blackburn/Caroline Earle, El Gigante, y el Man from Another Place (y hasta del propio Cooper), una especie de shadowself idéntico a su contraparte viva y que, evidentemente están jerarquizados de alguna manera. Después de todo, BOB puede retroceder el tiempo para evitar que Earle apuñale a Cooper por haberle quitado sus derechos en el Lodge para luego asesinarlo.

La Laura doppelganger. Fuente: ABC.

Parte de entender por qué BOB (y, a momento de Fire Walk with Me, MIKE) tomó de punto a Laura Palmer es entender el concepto de «garmonbozia”: el dolor y el sufrimiento consumido como una especie de droga para los seres de la Logia, que sería algo así como la moneda dentro del Lodge. Curiosamente, tiene forma física como maíz cremoso y hasta podemos ver cómo MIKE y el Man from Another Place le exigen a BOB garmonbozia después de haber asesinado a Laura.

La garmonbozia. Fuente: ABC.

El White Lodge es el opuesto diametral y un espacio dimensional al que se accede por el amor. De acuerdo a la mitología indígena, es un espacio de pureza y felices espíritus de inocencia y virtud que alberga la bondad sin interés que, en definitiva, aún no se sabe si existe, a excepción de que podemos asumir que El Gigante, que limita las fechorías de BOB, vive allí. El Man from Another Place -el enano bailarín- es una analogía del brazo perdido de MIKE -otro amigo de BOB- y opera como una entidad que quiso ver la luz para viajar hacia la Logia Blanca.

El Gigante y el Man from Another Place. Fuente: ABC.

Hay muchos, muchísimos, puntos a conectar: la electricidad, los zumbidos eléctricos, el olor a aceite quemado, los silbidos indios son totalitarios símbolos a lo largo de la serie para indicar que los seres de los Lodges están cerca. Puedes encontrar algunos de ellos aquí .

La sala de espera. Fuente: ABC.

El Red Room es el purgatorio entre ambos Lodges: una especie de sala de espera donde el tiempo no existe, donde el habla va hacia atrás y hacia adelante en simultáneo, y donde las almas que han sido absorbidas por BOB se sientan a esperar. Su forma es desconocida, pero el icónico piso blanco y negro con cortinas rojas es el material del que están hechas las leyendas televisivas. Allí también hace la aparición el anillo que originalmente vemos en Teresa Banks, algo así como un dispositivo teletransportador que deposita al portador dentro del Red Room y que tuvo la misma Laura. El anillo verde con el petroglifo de búho será vital para la tercera temporada.

Fuente: ABC.

Estos espacios fuera del tiempo tienen todo que ver con la dinámica cosmológica de Twin Peaks: el bien y el mal luchan por penal en una batalla cósmica en el que la muerte teenager de Laura Palmer pone en jaque una timeline particular. El Universo TP posibilita que todo ocurra simultáneamente en líneas paralelas y el verosímil ubica a los seres interdimensionales en cuadrantes opuestos de una guerra eterna entre la bondad y la maldad, cuyos cuarteles son el White y el Black Lodge. Los simbolismos que aparecen ahí y a lo largo de toda la serie son las manifestaciones metafóricas de esos conceptos metafísicos y, en ciernes, en lo que la mitología escencial peakera triunfa.

6. Entonces: ¿qué más necesito para ver la tercera temporada?

Fire Walk with Me. Fuente: ABC

Tarea para el hogar: ve FIRE WALK WITH ME.

Crédito: ABC.

Son órdenes del mismísimo propio David Lynch. Los últimos siete días de la vida de Laura Palmer son claves para la tercera temporada de Twin Peaks y las imágenes de la reina teen siendo torturada por el maloso BOB es la tela del que están hechas las pesadillas. Ante todo, hay cierta nota que Annie Blackburn le piede que escriba que es de especial relevancia para la última temporada.

Fuente: ABC.

Si bien nos resuelve alguna duda y afecta muchísimo la trama de la útlima season, es de las cintas peor recibidas en la historia del Festival de Cannes (y por la crítica en general). Lo bueno: aparece David Bowie. Lo malo: lo convierten en una tetera. Lo importante: la primera mención de Judy es trascendental. No estará entre lo mejorcito de Lynch, pero definitivamente es elemental.

Mejor aun: mira el cine de David Lynch y punto

Blue Velvet – ‎De Laurentiis Entertainment Group

Ya solo míralo. Parte del conflicto con Twin Peaks es el registro simbólico que utliza: ver Blue Velvet o Mulholland Drive prepara los motores para habituarnos al idioma lynchiano y, para, en definitiva, crear la suficiente tolerancia a la frustración para tolerar que no todo misterio deba ser resuelto.

BUENO, VALE, PERO SI NO QUIERO MARATONEAR LA SERIE ANTES DE LA TERCERA TEMPORADA, ¿QUÉ ES PRESCINDIBLE?

Nadine Hurley. Fuente: ABC

Básicamente, el casi-rebelde-con-causa de James Hurley tiene su storyline inútil con una mujer mayor que que lo inculpa de un asesinato; Catherine Packard se hace pasar por un hombre japonés; aparece Windom Earle y sus superdisfraces; la última vez que vemos a Josie Packard, está dentro de la manija de una mesita de luz; Nadine Hurley tiene amnesia, se vuelve superfuerza y cree tener 16 años nuevamente, se enamora de Mike y a todo el mundo le parece normal; Ben Horne se deschaveta y recrea la Guerra Civil estadounidense con un delirio confederado que todos parecen hallar normal. Ese es el nivel.

Ben Horne. Fuente: ABC

Si quieres ver una versión reducida, puedes ver el piloto, los ocho episodios de la primera temporada, y hasta el séptimo de la segunda… Agrégale los imperdibles 21 y 22 de la última, además de la película Fire Walk With Me. Con ello, tendrás el pantallazo que precisas.

Prepárate, no todos vuelven a aparecer.

El pueblo no es lo bastante grande para todos. Fuente: ABC.

Los veintiséis años no perdonan y Twin Peaks será un revival, pero tampoco la pavada. Frank Silva falleció en 1995 y no podrá aparecer como BOB y es verdaderamente trágico pensar que el mal con pelo largo no volverá. Jack Nance, que vimos por primera vez en Ereaserhead, y el tierno Pete no volverán. Warren Frost, padre de Mark, interpretaba al Dr. Hayward y falleció en 2017. Miguel Ferrer, el ácido y genial Albert, falleció en 2017 -justo a tiempo para grabar la tercera temporada, al igual que Catherine Coulson -ex esposa de Nance. La enigmática Log Lady tuvo su aparición póstuma en la serie y el reboot está parcialmente dedicado a su memoria. Don S. Davis, un militar de la vida real, falleció y no pudo participar en el revival en su rol del Major Garland Briggs. Dan O’Herlihy, que interpretaba al exmarido de Josie, Andrew Packard, falleció también en 2015, imposibilitando su regreso.

Te amamos, Albert Rosenfeld. Fuente: ABC

Por su parte, tampoco veremos al icónico y elemental sheriff Harry S. Truman, interpretado por Michael Ontkean que se retiró de las pantallas sin retorno. Tampoco estará Lara Flynn Boyle por los conflictos que mencionamos más arriba, por lo que nunca sabremos que le ocurrió a Donna Hayward o si en efecto era hija de Ben Horne. Ni Piper Laurie, Ian Buchanan o Michael J. Anderson volverán, así que sus destinos prenden de la imaginación del fandom.

Relájate y goza

Claro que sí. Fuente: ABC.

Como la vida: no intentes entender a Twin Peaks. La atmósfera, la espectacular música de Angelo Badalamenti, los personajes sólidos, el misterio que atraviesa todo, lo sobrenatural que apela a algo atávico en nosotros: intentar hacer sentido de ello es imposible. El mejor consejos posible es que dinamites tus expectativas y dejes llevar tu corazón por la vía que Lynch quiere regalarte. Puede no ser para ti (y eso está bien), pero el hito cultural es indudablemente trascendental en la historia televisiva. Buena suerte y recuerda… The owls are not what they seem.