Macario: el mexicano y la muerte, cine fantástico en la era dorada

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Basada en el cuento homónimo de B. Traven, escritor alemán radicado en México, basado a su vez en el cuento folclórico “La muerte madrina”, recogido por los hermanos Grimm; Macario fue la primera película mexicana en ser nominada al Oscar como mejor película en lengua extranjera. Exhibida en el Festival de Cannes, donde estuvo nominada a la Palma de Oro, la película está protagonizada por Ignacio López Tarso, quien ganó como Mejor Actor en el San Francisco International Film Festival por esta actuación.

Lo sublime del filme es producto de la colaboración del excelente cineasta Roberto Gavaldón, ganador de 8 Premios Ariel, nominado en cuatro ocasiones en los festivales de Cannes y Venecia, con el fotógrafo Gabriel Figueroa, también ganador de 8 Premios Ariel, nominado al Óscar, ganador del Globo de Oro; así como los festivales de cine de Cannes, Locarno y Venecia. Es probablemente la mejor obra fantástica del cine mexicano de oro y ocupa el lugar 59 dentro de la lista de las 100 mejores películas del cine mexicano, según la opinión de 25 críticos y especialistas del cine en México, publicada por la revista ”Somos” en 1994.

La Muerte muestra a Macario la vela que indica su tiempo de vida

Fuente: mfah.com

El género vacilante

En su Introducción a la literatura fantástica, Todorov menciona que lo fantástico aparece cuando hay un fenómeno extraño que puede ser explicado de dos maneras, por tipos de causas naturales y sobrenaturales. Para él, es esa vacilación que experimenta el personaje la que constituye lo fantástico. Cuando la vacilación se ve superada a causa de una explicación, el texto deja de ser fantástico y se convierte en extraño, si la resolución es natural, y en maravilloso, si la resolución es sobrenatural. Así pues, tenemos, en lo fantástico, un género que se desvanece de un momento a otro. Todorov hace una comparación entre lo fantástico y el tiempo: para él lo fantástico es igual al presente que se desvanece, lo extraño es la experiencia previa, el hecho conocido, el pasado, y lo maravilloso corresponde a lo desconocido, a lo aún no visto, al futuro.

Con base en lo anterior, podemos decir que lo fantástico es un género etéreo que se desvanece, tendiendo siempre hacía el pasado y el futuro y que por tanto lo fantástico en sí es difícil de aprehender. El texto puede dejar de ser fantástico en diferentes momentos, dependiendo de por cual explicación se decante; sin embargo tiene la posibilidad de volver a conformarse como un texto fantástico, es decir, la obra fantástica puede oscilar en toda su extensión entre los tres géneros señalados, dependiendo de la intención del autor.

Lo fantástico se inscribe entonces con los caracteres de la ambigüedad y la duda. Los sucesos ocurridos en el texto hacen oscilar al lector entre la decisión de aceptar una explicación u otra, aun así hay textos que dan la impresión de llegar al final sin decantarse por una resolución, dejando en el lector la decisión y conservando así el sentimiento de lo fantástico. 

Uno de los encuentros con La Muerte

Fuente: wondersinthedark.wordpress.com

La sobria labor de adaptar

La historia trata, a grandes rasgos, del campesino Macario que vive obsesionado por su pobreza y por la idea de la muerte. Obstinado, decide aguantarse el hambre hasta no encontrar un guajolote que se pueda comer él solo. Su mujer le da uno y Macario sale al bosque a comérselo. Allí se niega a compartirlo con Dios y con el Diablo y sólo lo hace cuando se le aparece la Muerte. Agradecida, la Muerte entrega a Macario un agua curativa con la que el campesino comenzará a hacer milagros.

El texto original de B. Traven está basado en el cuento folclórico “La muerte madrina” recogido por los hermanos Grimm. A pesar de que la novela se sitúa en un ambiente mexicano, se dejan ver las raíces europeas de Traven en la obra literaria. El texto de Traven sólo menciona el día de muertos por ser uno de los pocos días en que Macario puede ganar un poco más por su mísero trabajo, a diferencia de la película de Gavaldón que nos plantea el inicio de la historia dentro del marco de las festividades a los muertos.

En el cuento, la muerte se presenta mucho más europeizada: su calzado es desconocido, viste una túnica azul de una tela que Macario no reconoce y porta un cronómetro inglés. En el cuento, Macario y la muerte mantienen un diálogo muy animado, cuentan chistes y ríen. La muerte (que en realidad es masculino) hace mención de Plutón y Jupiter, además de bromear un poco sobre la gran cantidad de tiempo que ha pasado en Europa, lugar en que se le ha dado mucho trabajo por las guerras que ahí se han librado, y contarle a Macario cómo es que obtuvo el cronómetro inglés (este tono irónico que funciona al nivel de crítica desaparece en la película). En la película la muerte pasa a ser un campesino famélico, y la larga charla entre Macario y la Muerte es suprimida del todo.

La esposa de Macario

Fuente: fotografica.mx

Retrato de la sociedad

Con la identificación del cronotopo de partida de la historia, justo al iniciar la película, en una comunidad rural y en pleno día de muertos, es suficiente para detectar el aspecto que Gavaldón decidirá reforzar en su adaptación del texto de B. Traven: la mexicanidad. La adaptación cinematográfica mexicaniza aún más la historia, quizá (así lo han señalado muchos) con el fin de hacer una especie de cine documental sobre el festejo del día de muertos como tradición nacional, una película que pudiera triunfar en el extranjero.

Con el fin de hacer más realista la historia, más seria o formal, Emilio Carballido y Roberto Gavaldón se toman muy en serio el trabajo de crear un relato más verosímil. En el guion de la película se distingue una especial atención al aspecto de la coherencia entre los sucesos ocurridos y sus posibles consecuencias dentro de un marco social específico. A diferencia de la novela de Traven que sigue una forma más cercana a la fábula tradicional, con una estructura más sencilla y un lenguaje bastante claro.

En la película, la mujer de Macario roba el pavo en lugar de ahorrar para comprarlo, algo que parece mucho más probable a que el ama de casa más pobre del pueblo y con la familia más numerosa, pudiera siquiera ahorrar un centavo. Además que el robo es un acto de venganza que se justifica por una escena previa en la que podemos ver a la mujer de Macario ser maltratada por la rica esposa del tendero. La obra de Gavaldón nos muestra, pues, los aspectos sociales que se vivían en la época, como el abuso que cometía la gente de poder en contra de los pobres. Otra de las muestras de coherencia en el filme, es que se plantea que el ascenso económico de Macario afecta a terceras personas.

Uno de los más hermosos fotogramas del cine mexicano

Fuente: imdb.com

Realismo Fantástico

En una sociedad como la que se presenta en la historia, no se puede escalar sin perjudicar a alguien que está arriba. Ya que Macario no puede curar a todos, el carpintero no pierde su trabajo, no así con el médico, al cual vemos como el primer afectado de la creciente popularidad de curandero que se ha ganado Macario. El doctor será el que delate a Macario con la inquisición, que no tiene una aparición continua dentro de la novela, acción que finalmente terminará con un proceso en contra de este, ya sea por cargo de charlatán o de brujo (no existe posible escapatoria para Macario).

La relación entre la Muerte y Macario adquiere un énfasis distinto en la película que en la novela: mientras que en el texto literario Macario se muestra como un igual ante la muerte, con la cual charla y bromea; en la película podemos ver a un Macario que, a causa del miedo a morir, se sitúa por debajo de la Muerte, que incluso acabará por darle clases de moral. En la película podemos ver también que la muerte ejerce una presión directa que influye para que los sucesos ocurran. Justo después de darle el agua milagrosa a Macario, la muerte señala que pronto le dará ocasión a Macario de probar la medicina. La Muerte provoca, ese mismo día, la desgracia del pequeño, a diferencia de la novela en la que la familia sigue viviendo de la misma manera por varias semanas, hasta que el pequeño enferma (sin aparente intervención de la muerte).

El final de la película es mucho más moralizante. Al huir del castillo del rey, después de saber que le espera la hoguera por no poder curar al hijo de su majestad, Macario toma el camino del bosque que tomó cuando intentaba comer el pavo y se encuentra con los mismos personajes que antes le pidieron un poco de comida. Dios le llama la atención a Macario al decirle que son sus acciones las que lo persiguen. Posteriormente, la muerte le reprochará haber tomado tan gran responsabilidad a la ligera, echándole en cara el haber manipulado la vida de las personas de una manera tan sencilla.

Una de las últimas escenas representa uno de los cambios más sustanciales entre la obra escrita y la obra filmada y que ha se ha convertido en una de las más memorables en la historia del cine mexicano: la escena de la gruta alumbrada por las velas que representan las vidas de toda la humanidad. A diferencia de lo que piensa la mayoría, esta escena no es una añadidura original de Carballido y Gavaldón: la escena de las velas dentro de la gruta es la última del relato de los hermanos Grimm. Lo que llama la atención es que Gavaldón decidiera reivindicar este fragmento que Traven prefirió eliminar de su novela. Conjuntando así, en este punto, la historia de Traven con el cuento original de los hermanos Grimm.