Adaptation, un inteligente ir y venir entre realidad y ficción

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Hasta el escritor más lúcido ha sido víctima de una crisis de creatividad. El material está ahí, ya sea una vivencia personal, una leyenda, un libro o un hecho histórico, pero las letras se tornan borrosas, desordenadas, distantes o a veces, hasta ausentes.

Luego viene la ansiedad: “¿Se habrá perdido el talento? ¿Se me acabó la creatividad? ¿Será permanente?” y así, las dudas y miedos invaden la mente sin que esto ayude a que la inspiración tome protagonismo.

Las cosas se tornan aún más, digamos, interesantes, cuando se presenta competencia, ya que para algunos representa un aliciente para recuperar la inspiración, y para otros puede convertirse en una obstrucción de la creatividad. Así se construye la historia de Adaptation (2002), conocida en México como El ladrón de orquídeas y estelarizada por Nicholas Cage.

Spike Jonze y Charlie Kaufman -excepcional mancuerna que dirigió y escribió respectivamente la aclamada película ¿Quieres ser John Malkovich? (1999), nominada a Mejor Director, Mejor Actriz de Reparto y Mejor Guión Original de los Premios Óscar, y ganadora de los premios  Mejor Ópera Prima y Mejor guión de Ópera Prima en los Independent Spirit Awards- consiguieron con El Ladrón de orquídeas una innovadora propuesta cinematográfica (sea cual sea el año en que se lean estas líneas).

Se trata del propio Charlie Kaufman (Cage), quien luego del éxito de ¿Quieres ser John Malkovich?, se encuentra en uno de los peores momentos de su carrera; lo cual también afecta su autoestima, su seguridad y su vida personal en varios niveles.

Es durante esta crisis que lo contratan para adaptar a la pantalla grande «El Ladrón de Orquídeas», una novela escrita por la periodista Susan Orlean (Meryl Streep), basada en la vida real de John Laroche (Chris Cooper), colector furtivo de orquídeas en Everglades, Florida.

Por si fuera poco, el gemelo del guionista, Donald Kaufman (también interpretado por Nicholas Cage), agrava inocentemente la situación de su hermano cuando se muda con él y anuncia que también va a ser escritor de guiones, por lo que se da a la tarea de debutar con una «vanguardista» historia de un asesino en serie. Pasa de debutar a, prácticamente, “guionista revelación”.

En tanto, Charlie sigue estancado, con pocas esperanzas de poder desarrollar la historia que le encargaron, la cual (parafraseando) llega a calificar de “historia sin pies ni cabeza”.

De pronto, el entrañable Charlie goza de un momento de lucidez y consigue escribir la adaptación, momento que para el espectador se convierte en constantes idas y vueltas entre realidad y ficción, constituida como una comedia que el extraordinario elenco interpreta dramáticamente y al mismo tiempo con una buena dosis (por contradictorio que parezca) de buen humor.

Es aquí donde se reafirmó el brillo actoral de Nicholas Cage, plasmado en la versatilidad de lograr interpretar papeles tan distintos, como el del carismático alcohólico autodestructivo de Leaving Las Vegas (1995), que le valió el Óscar de Mejor Actor; hasta el del millonario Jack Campbell de Hombre de familia (2000), un cuento navideño en el que además del Playboy interpreta al mismo personaje, pero atrapado en una realidad alterna a su vida de lujos.

En sus papeles de Charlie y Donald Kaufman lleva dicho ejercicio al siguiente nivel: dos personas totalmente opuestas en la misma cinta. Gracias a ello, en aquella época era más conocido por sus excelentes actuaciones, que por protagonizar simplones memes hechos virales.

El desarrollo es sin duda intrigante, sin que se pierda lógica, y la narrativa se mantiene fluida. En esta combinación, un dato curioso es que aparece el director Spike Jonze y los actores John Malkovich, Catherine Keener y John Cusack haciendo un cameo. Asimismo, Donald Kaufman no existe, pero la película fue hecha  en su memoria y hasta aparece como nominado en la categoría de Mejor Guión Adaptado del Premio Óscar.

Adaptation es una brillante cinta que se construye como “una historia dentro de otra historia”, fórmula exitosa lograda en pocas ocasiones en cine y otras tantas en teatro. Un ejemplo es la obra de terror La Dama de negro, pero la cinta El ladrón de orquídeas navega entre lo dramático, cómico, romántico, metafórico y hasta llega a percibirse como un sueño extraño con algunos momentos de pesadilla. Digna de tildarse de surrealismo protagonizado por entrañables personajes de la vida real.