La dualidad de Rodrigo Plá y Laura Santullo y la perfección creativa

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El cineasta Rodrigo Plá y la escritora Laura Santullo (ambos uruguayos) se han convertido en una de las parejas más importantes del cine mexicano. Además de tener una relación amorosa desde hace más de 20 años, Plá y Santullo suelen unir sus enfoques creativos para estructurar obras cinematográficas de un nivel reconocido internacionalmente.

En una plática ofrecida durante la pasada edición del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG), la pareja uruguaya compartió algunos aspectos de su trabajo en conjunto, especialmente el cómo logran adaptar las obras literarias de Santollo a un guión cinematográfico.

José Revueltas, en su libro El conocimiento cinematográfico y sus problemas (1965), hace mención de que el guión cinematográfico no supone una nueva forma de la novela, tampoco es un género literario nuevo ni un poema. De no ser así, no sería necesario hacerlo película, ya que tendría una existencia autónoma como las obras literarias. Por ende, un trabajo literario no es susceptible de adaptarse a la pantalla grande, ni el guión de hacerse novela o poema.

En el séptimo arte, son numerosos los ejemplos de adaptación de obras desde el mundo literario al cine. Es una práctica recurrente donde, después de un análisis literario, el texto se trata a través de un proceso de descomposición cinematográfica que es útil para instaurar la desemenjanza entre el método novelístico y el propio método que emplea el guión. Aquí se añaden encuadres, formas de diálogo y las acciones son más específicas.

Con dicha base de trabajo, la química que existe entre Santullo y Plá les permite colocarse en puntos de encuentro más íntimos al momento de diseñar el guión. “Hay temáticas, hay cosas que nos conmueven, hay cosas que todo el tiempo estamos compartiendo. Ray Bradbury decía que hay que hacerse de un alma siempre en situaciones que uno ve, que uno vive. Hay que recordarlas, apuntarlas, tener conciencia de lo que le generó a uno. Y ese alma lo construimos en conjunto, porque a mi me interesa un artículo y se lo comparto (a Santullo), o viceversa. Discutimos sobre ciertos temas, situaciones y personajes. Con el tiempo el proceso se ha ido depurando. En esencia, lo que ha sucedido, es que, la frontera entre quién dirige y quién escribe se ha ido diluyendo”, expresó Plá.

UN TRABAJO DE MIL CABEZAS

Laura Santullo y Rodrigo Plá han trabajado juntos en cuatro largometrajes, proyectos donde ella se encarga de la narrativa y él de colocarle una imagen cinematográfica a las letras de la literata. Santullo reveló que su trabajo al lado de Plá enfrenta varios procesos. En el caso de Un monstruo de mil cabezas (2015), cuya novela se publicó en 2013, el texto nació como prosa, pero desde un principio se percataron de la intención de transformarlo en película.

La escritora reiteró que a ella se le facilita realizar primero el texto narrativo, porque le permite encontrar los motores de la historia que posteriormente fungen como una traducción al guión. Es este el momento en que Rodrigo Plá se integra junto con más personal del equipo (fotografía, arte, audio, etcétera).

Un monstruo de mil cabezas aborda la historia de Sonia Bonet (Jana Rauly), quien desesperada por tener a su marido enfermo y ante la negligencia y corrupción de su agencia de seguros que no le permite acceder al tratamiento de su esposo, decide obtener justicia con su propia mano.

La cinta, apoyada por el estímulo federal EFICINE, obtuvo el premio a mejor guión adaptado en los Premios Ariel (2016), mejor director en el Festival de Cine de Varsovia (2015) y fue seleccionada para proyectarse en el Festival de Cine de Venecia (2015).

Plá explica que parte de este éxito se debe a que Santullo se ha involucrado también en el campo cinematográfico, asistiendo a ensayos y rodajes. Para el director uruguayo, los aportes de la escritora son fundamentales ya que ayudan a que el guión se transforme durante la filmación, aspecto al que no suelen acudir los guionistas. No funciona el ponerle corcel a una historia, sino que hay que facilitar que el guión converja con los diferentes estímulos que van surgiendo.

Parte de esta evolución se debe a la gran cantidad de ensayos e improvisaciones que Plá hace con sus actores. Según el cineasta, esto ayuda a que los actores se relacionen entre sí y la toma final se capte con la mayor naturalidad posible. Un ejemplo es la escena donde Sonia y su hijo Darío (Sebastián Aguirre), secuestran a una ejecutiva de la agencia de seguros, esta escena fue ensayada tiempo antes del rodaje en una habitación que nada tenía que ver con la locación.

Otros nombres importantes en la gama de actores que participaron en la película son Emilio Echeverria, Úrsula Pruneda, Daniel Giménez Cacho, Hugo Albores y Marisol Centeno.