Manderlay: la naturaleza egoísta y cínica del humano

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En los años 30 del siglo XIX en Barbados, un grupo de esclavos que había alcanzado la libertad se presentó en su antigua plantación para pedir a su propietario volver a vivir bajo su mandato, con la esperanza de al menos comer algo porque se morían de hambre. El amo se negó a aceptarlos de vuelta y la historia terminó con el propietario y su familia asesinados por sus antiguos esclavos. Manderlay (2015), continuación de Dogville dirigida por Lars Von Trier, está inspirada en esta historia y se plantea como segunda parte de una trilogía dedicada a los Estados Unidos de América. Mientras que en la primera, era Nicole Kidman quien hacía el papel de Grace, en esta es Bryce Dallas Howard la encargada. Manderlay utiliza la misma estética minimalista que Dogville, mucho más cercana al teatro que al cine: las paredes y toda división es imaginaria, dibujada en el mejor de los casos y algunos objetos o animales del entorno son reconocidos por el sonido que emiten. Completan el casting para nada despreciable Willem Dafoe, Danny Glover, Lauren Bacall y John Hurt, entre otros.

Fuente: theredlist.com

La tentación del bien

Al final de Dogville, Grace quemó el pueblo y decidió que en adelante sólo utilizará su poder para hacer del mundo un lugar mejor. Se marcha con su padre y su grupo de mafiosos hacia el sur de los Estados Unidos en busca de un lugar donde establecerse. Por casualidad, los coches se detienen delante de la granja algodonera de Manderlay, donde se mantiene la esclavitud a pesar de que la libertad ha sido declarada 70 años atrás. Indignada, Grace hace suya la causa de actualizar las condiciones de vida de los habitantes negros de la granja, promulgando la libertad y la democracia como máxima.

Por fortuna para ella la vieja ama de la granja, esa tirana que aún perpetraba la esclavitud, está agonizando. Cuando esta muere, Grace no tiene reparo en utilizar a los mafiosos de su padre para amenazar a los familiares de la fallecida y quedarse con el control del lugar. Pero el tránsito intempestivo del autoritarismo a una forma de organización social opuesta resulta en un total abandono de los mecanismos de estructuración de dicho sistema. Para contrarrestar el riesgo a un brote de caos, en un principio Grace tiene que usar la fuerza para disuadir a los esclavos a aprender a vivir en una sociedad libre. Con esta acción, se inicia una senda de actos irónicos que traerán la desgracia como resultado de un gesto humano.

Fuente: filmcomment.com

El mundo es un sitio irónico

La contradicción se instala en Manderlay apenas Grace utiliza la violencia como forma de coacción para instaurar un modelo democrático. Pero la ironía se incrementa cuando invierte el orden de las relaciones, privando a la familia blanca de la libertar a modo de castigo y utilizando la esclavitud como un medio para lograr su abolición. También mediante la fuerza, Grace reúne a los antiguos esclavos para enseñarles a practicar la democracia: esto es lograr la resolución de problemas de forma comunitaria a través del voto.

Las causas y consecuencias sobre las que se construye Manderlay se tejen como el resultado de las acciones de Grace, una madeja de implicaciones éticas y morales difícil de deshacer. Un ejemplo de ello es que para motivar a los antiguos esclavos, que pasan el tiempo jugando cartas en vez de reparar las goteras de sus tejados o de arar la tierra, Grace les sugerirá que tomen material del jardín del ama para reparar sus casas e incluso para construir nuevas. En una vuelta de tuerca interesante, esta acción supondrá una gran catástrofe cuando una tormenta de polvo barra a Manderlay, puesto que durante años el jardín del ama protegió los cultivos de algodón de las tormentas.

Fuente: moma.org

Egoismo vs Altruismo

Con su paradójica historia, Manderlay confronta el altruismo ideal, defendido por Grace, con el egoísmo pragmático del resto de los demás personajes. Las intenciones de Grace no logran el cumplimiento adecuado porque los egoístas desean el bien inmediato y no a largo plazo. Ella aprende que debe recompensarlos con algo si desea que la escuchen, pero mientras procura el bien de ellos, descuidando el suyo propio, los antiguos esclavos entenderán la democracia desde su particular visión egoísta, entendiendo que cualquier cosa votada por la comunidad, aún los actos más perversos, debe cumplirse.

El altruismo de Grace constituye una doctrina de fines y el egoísmo del resto una doctrina de medios. No ignorando que si el medio es opuesto al fin, este último no puede lograrse, nuestra protagonista intentará cambiar la percepción del mundo que tienen los habitantes de Manderlay, pero aunque cada día cree que está más cerca de revertir su pensamiento, la precipitación de los actos finales le hará ver que no ha cambiado nada, que los esclavos siempre lo fueron por su propio gusto y que no hay forma de liberar a quien no lo desea.

Fuente: cronicasdevalhalla.com

El cierre del círculo

Cerca del final, Grace llega a la conclusión de que ya no es necesario el uso de la fuerza y despide a los mafiosos. Sin darse cuenta, había establecido un sistema que se apoyaba bastante en la fuerza militar. Al despedirse de este poder e involucrarse amorosamente con uno de los antiguos esclavos, Grace pierde toda superioridad y la historia se precipita a una inevitable tragedia.

Tras la cena de celebración, Grace despierta por los relinchos del caballo, que corre por el patio envuelto en llamas. Al bajar encuentra un escenario horrible: la familia blanca ha huido herida y dos de los ex esclavos están muertos. Grace es víctima del engaño de uno de los nuevos hombres libres de Manderlay, que robó el dinero de la plantación, provocando los disturbios, para perderlo en apuestas. El hombre encargado del juego llega para contarle todo a Grace y darle su parte de la ganancia por embaucar al negro.

Llegada la historia a este punto nos damos cuenta que sí algo aprendieron los esclavos de Grace fue el uso de la fuerza: amenazan con usarla para que Grace los obedezca, de la misma forma que ella se permitió usar la fuerza para obligarlos a vivir en una comunidad democrática. Los esclavos aseveran que ellos estaban como querían estar, que no les hubiera resultado difícil escapar del ama si hubiesen querido, que al fin y al cabo era mayor número que la familia de amos y las vallas son tan bajas que fácilmente pudieron usar una escalera.

Grace advierte que pronto se pasará su última oportunidad de marcharse de Manderlay y recuerda que cuando un esclavo es azotado se retira una parte de la cerca así que decide azotar al embaucador por su crimen. Después del castigo con el látigo, Grace echa a correr hacia donde debe estar ya el auto de su padre. Pero al final se llevará una gran sorpresa y el último giro de tuerca de la película. Cuando les enseñaba a votar, Grace les dio la oportunidad de elegir la hora del reloj votando por la hora sugerida por Wilhem y la sugerida por Timothy.

Grace llegará tarde al encuentro con su padre porque los esclavos decidieron por la opción de ocho minutos para la hora y no la de cinco. Finalmente su padre presenció como ella golpeaba a Timothy con el látigo y se fue contento, seguro de que su hija al fin tenía el control. A Grace no le queda más que huir, cerrando así un círculo en relación a Dogville: Grace huye sin poder alguno, justo como cuando llegó a Dogville, esto último nos hace suponer que para la tercera parte de la trilogía, Washington (si es que forma parte aún de los planes de Von Trier), Grace llegará de la misma manera que llegó a Dogville: sin poder alguno y huyendo atemorizada.

Para terminar habría que preguntarnos ¿qué ha dicho el director de la película? En una entrevista, Lars Von Trier sostiene que Grace no puede llegar a triunfar porque es demasiado idealista, poco realista y emocional. El cineasta parece apoyar la tesis de que el hombre es un ser pragmático y no idealista, egoísta y no altruista y por último, que persigue medios y no fines. Esto nos llevaría a considerar el cinismo y el egoísmo como características esenciales del ser humano, es decir que es racional ser egoísta y cínico. También hay quienes apoyan la teoría que toda la película no es sino una crítica al gobierno estadounidense que trata de imponer su sistema político en los países que “libera” sin pensar que además de ser la democracia un sistema falible, los sistemas, al igual que las acciones, no generan un mismo efecto en diferentes lugares, circunstancias y tiempos.