Al borde de la locura en Hill House, diferencias entre el libro y la serie
¿Estoy caminando hacia algo de lo que debería estar huyendo?
Shirley Jackson fue una de las voces más activas del terror en la segunda mitad del siglo XX, una mujer poseedora de una mente brillante y una capacidad innata para adentrarse en la psique de sus oscuras y retorcidas creaciones, con una vida tortuosa y una adicción a los barbitúricos que la condujo a su temprana muerte, a los 48 años. Uno de los grandes aciertos de su corta pero provechosa carrera fue escribir un ícono y referente de la literatura de horror: La maldición de Hill House.
The Haunting of Hill House (La maldición de Hill House, 1959) fue recibido con gran furor, e incluso fue nombrado uno de los mejores diez libros publicados ese año.
Sophie Missing, editora de The Guardian, escribió en 2010: El horror inherente a la novela no recae en Hill House (por monstruosa que sea) o en los eventos que tienen lugar en su interior, sino en los recovecos inexplorados de las mentes de sus personajes. Tal vez por eso sigue siendo la historia definitiva sobre casas encantadas.
¿De qué va La maldición de Hill House?
El doctor John Montague, filósofo y antropólogo apasionado de las manifestaciones sobrenaturales, elige a un grupo de tres voluntarios para pasar una temporada en la siniestra Hill House, mansión abandonada y famosa por las trágicas historias que en ella ocurrieron; se cree que la casa en la colina es uno de los sitios más embrujados de la región (misma que no es mencionada a lo largo de la narración).
Eleanor, Theodora y Luke, al igual que el doctor Montague, sufrirán una serie de perturbaciones psíquicas que los harán encontrarse, irrevocablemente, como náufragos de pie frente a un tempestuoso mar de olas violentas, sin más tierra de por medio que pudiera salvarles, con un fatídico desenlace.
Los viajes terminan cuando los amantes se encuentran…
Este 2018, Netflix, aclamada empresa estadounidense de streaming, lanzó como propuesta de terror una reimaginación del clásico de Jackson. La maldición de Hill House, bajo la dirección de Mike Flanagan, se convirtió de la noche a la mañana en un caso de éxito, a pesar de alejarse tanto de la historia original.
A continuación, comentamos algunas de las diferencias más significativas entre el libro y la serie de La maldición de Hill House:
¿Hermanos Crain?
En el libro, como se mencionó anteriormente, Eleanor, Theodora y Luke (futuro heredero de la propiedad) son tres desconocidos que llegan a Hill House para someterse a un experimento científico que promete llevarlos al borde de la excitación paranormal. No obstante, en la serie, los tres pertenecen a la misma familia. Mike Flanagan nos presenta un panorama en el que los hermanos Crain (mismo apellido que Jackson le adjudicó al hombre que construyó la mansión, mas no a sus personajes principales), años después de haber huido de Hill House, deben vivir con los demonios que conocieron en la infancia.
Homenaje a Shirley Jackson
En la propuesta de Flanagan, el famoso trío cuenta con otros dos hermanos, Shirley y Steve Crain. Estos personajes son inexistentes en la obra literaria, pero representan un homenaje doble a la autora.
Shirley Crain es una de las figuras principales; la segunda en orden de mayor a menor del clan Crain, sólo después de Steve. El personaje es un claro homenaje a la escritora de Hill House, pues comparte el mismo nombre que ella. Asimismo, Steve, en su papel de adulto, es un afamado escritor de libros de casas embrujadas, siendo su narración más exitosa The Haunting of Hill House, cuya introducción y algunos de sus pasajes son extractos fieles a los escritos por Jackson en el mismo libro. Es por esta razón, si nos ponemos analíticos, que tanto Shirley como Steve representan a una única persona…
Hill House
En la obra de Jackson, Hill House es descrita de la siguiente manera: Ningún ojo humano es capaz de discernir la infeliz coincidencia de trazado y lugar que sugiera maldad a la vista de una casa, y pese a todo, de alguna forma una loca yuxtaposición, un ángulo mal trazado, alguna juntura casual de tejado y cielo, convertía Hill House en un lugar de desesperación, aún más aterrador porque la cara de Hill House parecía despierta (…) esta casa, que parecía haberse formado a sí misma, encajándose en su propia construcción de líneas y ángulos (…) era carente de afecto, no pensada para ser habitada, un lugar inadecuado para la gente, para el amor o para la esperanza. Los exorcismos no pueden cambiar el aspecto de una casa; Hill House seguiría igual hasta que fuera destruida. (…) Era una casa abominable. (…) un sitio atroz y enfermizo.
La Hill House que se nos presenta en Netflix a lo largo de diez capítulos, es un lugar que promete convertirse, al menos desde la falsa creencia de quienes lo habitan, en un hogar encantador. La estructura cuenta con toques victorianos invaluables y alrededores de encanto, sin dejar de fuera, desde luego, su toque sombrío.
La taza de estrellas
En la obra de Flanagan, Nelly (como nombran de cariño a Eleanor) tiene una taza de estrellas, similar a una que encontró, originalmente, en Hill House; pero en la narrativa de Jackson esto sucede de manera aislada, pues Eleanor jamás posee dicho objeto, mas si le inventa a sus compañeros de experimento el tener esa taza en su hogar, esto a raíz de que en una cafetería a la que entró de camino a Hill House escuchó la conversación de una familia en la que se mencionaba el famoso objeto.
La hija de los Dudley
En el show de Netflix, la pareja de los Dudley, además de sus respectivas características reservadas, es agradable y servil. Ellos tienen a una hija pequeña, quien inmediatamente entabla una amistad con Luke. En el punto más macabro de la historia, Olivia Crain, madre de Nelly, Shirley, Steve y Luke, la envenena por creerla una más de las apariciones que rondan Hill House.
En la novela de Jackson, los Dudley tienen una naturaleza hostil que genera rechazo en los residentes de la casona, cabe mencionar que no tienen hija alguna.
Poderes psíquicos
Según Shirley Jackson, Theodora cuenta con un poder telepático desconcertante -y muy práctico para el experimento del Dr. Montague-, pues, de acuerdo con los resultados de un laboratorio, es capaz de adivinar 19 de 20 cartas Zener. De hecho, a lo largo de la narración, podemos percatarnos de que este personaje capta, como si se tratara de una antena, alguno de los pensamientos e inseguridades de los otros, reflejando en ocasiones la misma enemistad o rencor que Eleanor siente hacia ella.
Algo curioso en la serie de Flanagan es que Theodora utiliza guantes para evitar tener contacto físico con otras personas, esto debido a que sus manos son receptoras sensibles de lo que sucede en su entorno, es como si pudiera «ver» con las palmas. Theodora es una especie de vidente…
De acuerdo con la historia original de Jackson, es Eleanor quien no soporta tocar a las personas, pero sólo porque no está acostumbrada a las muestras de fraternidad. Vance fue elegida por el doctor porque, de pequeña, llovieron piedras sobre su casa durante tres días, por lo que una intuición fuerte le indica que Eleanor podría poseer un don único, mayor que el de Theo.
The Bent-Neck Lady
Quizá lo más perturbador de la serie de Flanagan, tras cinco largos y magistrales capítulos descubrimos que Nelly Crain es, en realidad, su propia y peor pesadilla: The Bent-Neck Lady.
Desde niña, Nelly conoció a un espectro de forma femenina con el cuello roto y doblado en un ángulo imposible, aparición que la visitaba durante las noches, cuando sufría episodios de parálisis del sueño e, incluso, décadas más tarde, cuando era una mujer casada.
¡Oh, sorpresa la que nos llevamos cuando descubrimos que la mujer del cuello torcido era la misma Nelly!
Nelly Crain, embrujada por los espíritus y la malignidad de la casa, comete suicidio ahorcándose con una cuerda desde el punto más alto de la escalera de hierro en forma de caracol, tan distintiva en Hill House.
En el libro de Shirley Jackson, como es de esperarse, esto no sucede, aunque Eleanor sí sufre un trágico y, contradictoriamente, glorioso desenlace.
El final/ muerte de Eleanor
En este punto, somos conocedores de cómo perdió la vida Nelly Crain, ¿pero cómo es que falleció Eleanor Vance?
Tras un episodio de absoluta demencia (o posesión), en el que Luke rescata a Eleanor antes de que ésta llegara a lo más alto de la torre y cometiera la insensatez de quitarse la vida o poner al grupo en riesgo, Vance es desterrada de Hill House. No era de extrañar que una mujer con desgaste físico, emocional y mental, con represión sexual (en el libro se menciona que, con treinta y dos años, era virgen), ansiedad, principios de paranoia y habilidades psíquicas mayores a las que ella misma hubiera podido adivinar se convirtiera en una bomba molotov, amenazando todo a su paso.
En completa desesperación y negación al no querer abandonar Hill House, el que considera su verdadero hogar, Eleanor estrella a toda velocidad su automóvil contra un árbol, perdiendo así la vida y atando su espíritu para toda la eternidad al de la casa.
Nuestra protagonista sólo pasó menos de una semana en Hill House…
Estoy desapareciendo centímetro a centímetro dentro de esta casa, me voy separando poco a poco porque todo este ruido me está rompiendo; ¿por qué los otros están asustados?
Teorías conspirativas
¿Cuál es la verdad de lo que ocurrió en el sombrío experimento? De acuerdo con la teoría dominante, pues la obra maestra de Shirley puede interpretarse de diversas formas, Eleanor poseía un poder psíquico avasallador, capaz de generar manifestaciones físicas (se cree que ella fue quien hizo llover piedras sobre su casa), que sólo logro acrecentarse por la fuerza de la misma casa. Esto da a entender que tanto la casa como Eleanor alimentaban su poder por la influencia y presencia del “otro”.
Casi al final de la historia, a través de un artefacto similar a la ouija, la esposa del Dr. Montague, quien hace aparición en el último cuarto del libro junto a un personaje de nombre Arthur, recibe el mensaje de un espíritu de nombre Eleanor, indicándole que desea estar en casa, lo cual sugiere que en vez de un ente incorpóreo, era el mismo poder del subconsciente de Eleanor alcanzándolos y comunicándose con ellos. Algo similar sucede en El resplandor, de Stephen King, al tiempo que el hotel Hoverlook consume el poder de Danny, y viceversa.
No obstante, en la serie protagonizada por Michiel Huisman, Carla Gugino y Kate Siegal, entre otros, Hill House es una casa embrujada de principio a fin, sin necesidad de que la psicología de los personajes interfiera.