10 películas indispensables sobre la ceguera
La ausencia de vista ha sido un tópico recurrente en el séptimo arte para crear conciencia, inquietud y un espacio de comprensión donde el espectador obtenga un debate con altura de miras, sobre una discapacidad que padecen millones de personas en el mundo.
Su atractivo radica, quizá, en la empatía que despierta el individuo que lucha contra la adversidad estando privado de uno de sus sentidos básicos. Dicho recurso nos conmueve, nos atemoriza e, inclusive, incomoda cuando la ceguera es retratada sin el respeto debido (o, en su defecto, utilizada narrativamente para generar humor).
Aquel morbo —por darle un término realista a nuestra preferencia por este tipo de películas —, le ha conferido un lugar especial en la taquilla a muestras como BirdBox: A Ciegas (2019). Un triunfo no exento de polémica, pero bien protegido por un marketing elaborado y una estrategia perspicaz de Netflix.
Aun así, diversos exponentes han brillado por cuenta propia a través de las décadas, otorgando una oferta para todos los gustos. A continuación, te contamos sobre los más relevantes.
1. La maestra milagrosa (The Miracle Worker, 1962)
La desesperación de una familia que no comprende la enfermedad que aqueja a uno de sus miembros es el pilar de este clásico, uno que difícilmente permite la indiferencia de quién lo vea. En él —con un reparto sin falencias —conoceremos a Helen Keller, una joven que sufre de ceguera y sordera producto de la fiebre escarlata.
Sin poder comunicarse, y desprovista de opciones reales desde que tiene memoria, la protagonista se ve totalmente aislada de su entorno, lo que provoca que su carácter esté consumido por arrebatos incontrolables de violencia. La frustración e incapacidad de sus padres para solucionar la situación, les lleva a la última medida desesperada: recurrir a la Escuela Perkins para ciegos.
La esperanza llegará personificada como la ex alumna del centro académico, Anne Sullivan. En un vaivén de altibajos y persistencia, ella será la única que podrá sacar a flote a la obstinada Helen, con una devoción cálida que la audiencia no olvidará.
2. Espera en la oscuridad (Wait Until Dark, 1967)
La icónica Audrey Hepburn se pone la piel de Susy Hendrix, una mujer ciega que no cuenta con la ayuda de terceros como en el anterior filme sino que, por el contrario, es perjudicada por una modelo que conoce en un avión. La extraña esconde una muñeca llena de droga en la vivienda de la discapacitada, provocando que delincuentes la acosen para recuperar los estupefacientes.
Esta cinta es la única de horror —o comúnmente nominada como suspense-thriller —de la actriz belga, y suele considerarse por la crítica como una de las producciones más escalofriantes. Asimismo, logró el puesto #55 en el especial 100 años, 100 películas de suspense (100 Years, 100 Thrills) del American Film Institute (AFI).
3. Blind Beast (Môjû, 1969)
Si bien la clasificación para esta pieza de Yasuzo Masumura se disputa entre “cine dramático” y “cine romántico”, su trasfondo bordea un matiz infinitamente más macabro. Aquí la ceguera se convierte en víctima, victimaria y en un método para justificar el fetichismo, la utopía onanista y una variante atípica del síndrome de Estocolmo.
Michio es un escultor invidente obsesionado con recrear la belleza femenina y sus placeres para los que comparten su minusvalía. Con ese propósito de vida, ha creado un estudio parafílico en que un sinnúmero de reproducciones del cuerpo se disponen en paredes, piso y techo. Sin embargo, su obra no estará completa hasta que secuestre a Aki, una modelo a la que engaña haciéndose pasar por masajista. Ella será su referente definitivo para engendrar el lienzo que tanto ha anhelado.
La violación de la intimidad, la exploración del sentido del tacto como guía erótico-emocional y los límites en la búsqueda de la satisfacción, son el núcleo de este largometraje imprescindible del cine asiático.
4. Perfume de mujer (Scent of Woman, 1992)
El primer y único Premio Óscar de Al Pacino, gracias a su interpretación de un militar retirado, ciego y conflictivo al trato con terceros. La necesidad monetaria de Charlie, un estudiante, hará que cruce camino con dicho hombre cuando su sobrina le ofrezca una paga a cambio de cuidarlo para el Día de Acción de Gracias.
Lo que comenzó como un tenso encuentro, terminará por cambiar la vida de ambos al celebrar la festividad en Nueva York y dejar un legado en la industria con un potente guión cargado de escenas que reflejan valores, principios morales y un sarcástico estilo de comedia.
El cómo un invidente toma la rienda de su vida —sin depender exhaustivamente de otros —, también podemos contemplarlo en la estadounidense Las mariposas son libres (Butterflies Are Free, 1972), donde un joven sigue el rumbo de sus caprichos, sin tomar en cuenta la desaprobación de su madre respecto a la relación que mantiene con una hippie.
5. El color del paraíso (Rang-e Khoda, 1999)
Desde Irán nos llega la tragedia entre los deseos personales y el peso de un vínculo sanguíneo. Esta ficción de la mano de Majid Majidi —primer cineasta del país en ser nominado a un premio de la Academia —, nos ubica en el corazón de Teherán para contarnos la historia de Mohammad, un pequeño de tan sólo ocho años que se enfrenta al rechazo y soledad por su condición.
Su verdadera lucha, no obstante, será la relación con su padre viudo quien, presa del egoísmo, busca rehacer su vida y encuentra un obstáculo en su hijo para continuar.
La escena en que el niño habla sobre Dios y su afecto hacia “gente como él” es considerada una emotivas en el género, mostrándose como una fotografía verosímil de superación.
6. Bailarina en la oscuridad (Dancer in the Dark, 2000)
Sin ahondar en la polémica que hubo entre la cantante Björk y el siempre controvertido director Lars von Trier, el filme consiste en una de las películas más angustiantes acerca de la temática mencionada. En ella la ceguera —a modo de una enfermedad degenerativa hereditaria —, trasciende a la protagonista.
Su devoción, más imperante que su propia salud y felicidad, es la de brindar a su hijo una segunda oportunidad, juntando cada centavo en una tierra ajena para costear una operación que impida que llegue a su estado.
En medio de la ruina y traición que minan sus esfuerzos, alucinaciones la consolarán en un vertiginosa espiral de decadencia y miseria. Acompañándola en cada paso, se nos entregará un pasaje a la injusticia, y también a reflexionar que el amor puede ser una réplica del más crudo desaliento.
7. El ojo (Gin gwai, 2002)
¿Qué pasaría si el trasplante de un órgano que esperamos con ahínco, resulta ser también una condena? Con esta premisa, el terror hace un nuevo acto de presencia con esta cinta proveniente de Hong Kong y que, debido a su innegable fama, obtuvo un remake norteamericano con Jessica Alba como rostro principal.
En el relato, mantenerse en la oscuridad, habría sido la mejor opción para una paciente que recibe nuevas córneas. Un regalo que tiene un mínimo detalle: sus ojos ahora pueden captar espectros.
8. Ray (2004)
Desde sus humildes inicios en Florida, hasta considerarse una de las estrellas del blues más talentosas de todos los tiempos, Ray es la figura símbolo de cómo una discapacidad no es impedimento para cambiar la vida de las masas.
A pesar de que la cinta biográfica obtuvo dos Óscar —uno a Mejor actor para Jamie Foxx y otro a Mejor Sonido —, en un principio no fue lo suficientemente atractiva para que un estudio la apoyara. Por consiguiente, fue filmaba de modo autónomo hasta que Universal decidió distribuirla cuando estuvo completa.
A modo de trivia: a petición especial, el guión fue traducido al Braille para que el auténtico Ray Charles pudiera leerlo antes de que comenzara el rodaje. El mismo año del estreno del filme, el artista falleció producto de una enfermedad hepática.
9. Los ojos de Julia (2010)
Sumándose a la emblemática Los abrazos rotos (2009) de Almodóvar, esta pieza española adopta su propia arista sobre los percances y, en este caso, amenazas que enfrenta una persona privada de la utilidad de sus ojos.
El misterio sobre la muerte de su hermana, llevará a Julia —personificada por la reconocida Belén Rueda (Mar adentro, El orfanato) —a desentrañar una explicación sobre los ambiguos sucesos. Lo anterior, no sin una hórrida desventaja: la pérdida gradual de su visión.
Un mix entre lo sobrenatural y la cruda naturaleza del ser humano, se disfruta en este thriller de fotografía elegante y un guión que consolidó al género en el país europeo.
10. Blind (Beullaindeu, 2011)
Surcorea nunca decepciona a la hora de sembrar un enigma en nuestras mentes. Tampoco lo hace la hora de entrelazar tramas que, en más de una ocasión, nos han llevado por un sendero que no pudimos prever.
Esto se mantiene en un caso de desaparición que involucra a una estudiante universitaria y a la víctima de un accidente de tránsito que perdió su vista y, asimismo, resulta ser la única testigo de los acontecimientos.
Con la atroz impotencia de perder su carrera como policía, a su hermano en el siniestro automovilístico y la estabilidad de su vida, Min Soo-ah deberá confrontar la búsqueda de respuestas en un desafío sin precedentes.
BONUS: No respires (Don’t Breathe, 2016)
Los ciegos, por otro lado, pueden ejercer una fuerza antagónica formidable, y no necesariamente villana o injustificada. En el caso de la obra presente no podríamos culpar a un anciano invidente que caza uno a uno a un trío de ladrones que busca aprovecharse de su minusvalía.
Las secuencias plagadas de suspenso y la estampa del uruguayo Fede Álvarez (reboot Posesión infernal), se funden a la perfección con el desplante de Stephen Lang, actor que da rostro al dueño de la casa invadida. Es más, el profesional cuenta con un aproximado de trece líneas en toda la historia, lo que sirvió para dar énfasis a su desempeño en un laberinto de morbo y aniquilación.