“Muerte en la montaña”, un infravalorado suspenso entre un gélido terror

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Existen películas que poco o nada llaman la atención al pensar que su trama no dará para mucho por la simpleza de la misma, sin embargo muchas veces son éstas las que generan mayores y variadas emociones en el espectador. Ejemplo de ello es Muerte en la montaña (Frozen, 2010), del director Adam Green (Hatchet).

Tras ser olvidados por el personal de un centro de esquí, tres amigos se quedan atrapados en una aerosilla en medio de una enorme montaña, por lo que deberán hacer lo posible por sobrevivir los días que estén allí arriba. Los verdaderos problemas llegan cuando empiezan a sufrir los estragos del frío, con su piel congelándose y la desesperación creciendo cada vez más en ellos.

Frozen. Fuente: IMDb

Shawn Ashmore, Emma Bell y Kevin Zegers protagonizan esta emocionante película en donde los veremos sufrir, llorar y degradarse pero también superar sus propios miedos, al punto de demostrarse a sí mismos hasta donde pueden llegar para sobrevivir…con todo y las consecuencias que ello conlleve.

Aunque en un inicio esta película es poco llamativa, en la que sólo vemos a una triada de amigos tediosos y desesperantes, poco a poco se vuelve una cinta de un gran misterio y enorme tensión gracias al suspenso que aumenta a pasos agigantados.

Frozen. Fuente: Youtube

Y es que en los primeros momentos es fácil desesperarse con la relación de los tres jóvenes, pues únicamente vemos a un amigo (Ashmore) celoso por la relación de su compañero con su novia (Bell y Zeggers), así que pareciera que la trama será bastante simple y tal vez hasta genérica.

Afortunadamente lo anterior sólo es un preámbulo para la tragedia que están por vivir, la cual no tarda en presentarse una vez que, por razones que parecieran un tanto simples, se quedan atrapados en una aerosilla mientras buscaban subir una montaña para una última ronda de esquí, por lo que quedan flotando en el aire sin nadie que sepa que están allí y sin posibilidad alguna de huir o protegerse del terrible frío del lugar.

Frozen. Fuente: Tomatazos

Es a partir de dicha situación cuando el filme se pone verdaderamente tenso, pues conforme avanzan los minutos los veremos pelear, sufrir, llorar y desesperarse cada vez más hasta verse obligados por el miedo a decir y cometer actos cada vez más descabellados con tal de sobrevivir.

Lo mejor de esto es que, como dijimos, el suspenso va en constante y mayor aumento en cada escena, y no sólo por el hecho de mirar la frustración y desesperación en los tres, sino porque cada tragedia que les ocurre es peor y más dolorosa que la anterior, así que la sangre, las fracturas y hasta las mutilaciones son elementos que hacen que esta película se sienta como un bien logrado filme de terror (aunque estrictamente no lo sea).

Frozen. Fuente: El Heraldo

Estas secuencias se vuelven lo mejor de la historia al ser las que transmiten con mayor fidelidad el miedo y la angustia de los protagonistas.

Además, cabe decir que algunas de ellas son bastante crudas y brutales a la vista, lo que si bien agradecerán algunos también hará sufrir más a otros, pero por fortuna, esto es lo que provoca que el suspenso y la desesperación en esta historia se mantengan de principio a fin, demostrándonos que las sinópsis más sencillas pueden ser las mejor logradas.


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