Barbie: Una muñeca que desafía la sociedad

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¿Alguna vez has sentido que no perteneces al mundo en el que vives? ¿has intentado cuestionar las convenciones que la sociedad nos impone? Tal vez sí, y quizás has sido criticado(a) por eso. Ahora imagínate que quien se cuestiona esto es una muñeca de plástico, que vive en un mundo ideal, un mundo de fantasía. Imagínate que lo hace Barbie.

Greta Gerwig escribe y dirige esta cinta que -en un principio- pensábamos sería una comedia adolescente superficial, al estilo Mean Girls, pero nos engañó.

La trama sigue a la Barbie (Margot Robbie) mientras enfrenta una crisis existencial, escapando de su reino de fantasía, llamado Babieland. Luego se aventura en el mundo real para entender su lugar en él.

Gerwig se aleja de sus películas más indie para traernos una propuesta más mainstream. Pero sin dejar la temática feminista, todo lo contrario, la abraza y la usa a su favor. Pero en esta ocasión lo mejora valiéndose de un objeto duramente criticado por imponer estereotipos de belleza, hipersexualización y cosificación hacia las mujeres. Es como si usaras a un soldado nazi para dar un mensaje de tolerancia. Contradictorio, arriesgado pero efectivo.

Barbie, un escaparate lleno de color

Desde el inicio, la película sumerge al espectador en un universo visualmente deslumbrante. La atención meticulosa al detalle, bajo la hábil guía de la diseñadora de vestuario Jacqueline Durran y la directora de arte Sarah Greenwood. Gracias a ellas, crea un escaparate brillante y lleno de color, donde la nostalgia y la contemporaneidad convergen. El mexicano Rodrigo Prieto, director de fotografía, con su lente magistral añade su cuota paisaje. La unión de esos engranajes crea un mundo que se siente palpable e irreal.

Robbie encarna a una Barbie de manera convincente. Podemos apreciar el arco de su personaje, desde una ingenua muñeca, hasta convertirse en una mujer que lucha por entender su propósito. Pero Ryan Gosling está estupendo con interpretación encantadora y graciosa de Ken, añadiendo una complejidad emocional que enriquece la trama.

‘Barbie’ brilla con su particular humor, mezcla de comedia adolescenete con una sátira aguda de la sociedad. La crítica a la sociedad y a la cultura pop están tejidas hábilmente a través del metraje, creando momentos graciosos y genuinos, sin perder nunca su substancia.

Pero, en su afán de abordar temas más profundos y complejos, Gerwig falla en su ejecución. Aunque es admirable, a veces atropella su ejecución, y lo notamos en su tercer acto comprometiendo el ritmo de la película . Con un discurso final que pretende ser más filosófico y existencial, anula su propia idea de manera atropellada. Al final resuena con un tono demasiado didáctico, quebrando la sutilidad que había sido tan eficaz en otros momentos.

Greta Gerwig nos ha engañado, nos hizo creer que nos daría una cinta superficial, bañada de color rosa pastel. Pero en realidad nos entregó una aguda crítica a la sociedad, a las normas impuestas, al patriarcado y a todo lo establecido. Y esto lo hace usando una  figura de plástico para inspirar e invitarnos a una compleja reflexión sobre la feminidad, la identidad y la comercialización.