Martin Scorsese se lleva el Princesa de Asturias de las Artes 2018

- Por

Martin Scorsese se ha llevado el premio Princesa de Asturias 2018 de las artes. La Fundación ha revelado su decisión que ya tiene a todos los aficionados, y a Little Italy, de manteles largos.

El jurado, presidido por José Lladó Fernández-Urrutia e integrado por casi una docena de expertos, falló en favor del neoyorkino, toda vez que su trayectoria ha colaborado en la renovación y avance del séptimo arte.

“Se trata, en efecto, de uno de los directores de cine más destacados del movimiento de renovación cinematográfica surgido en los años setenta del siglo XX. Ha dirigido más de una veintena de películas que ya forman parte de la historia del cine y se mantiene actualmente en plena actividad, aunando en su obra, con maestría e innovación”, puede leerse en el acta.

Este movimiento que cita el informe de la fundación, se trata del movimiento Nuevo Hollywood, al que pertenecen Steven Spielberg, George Lucas, Francis Ford Coppola, Woody Allen, Roman Polanski, Scorsese, Ridley Scott, etcétera. En suma, nuestras vacas sagradas que en las décadas del 70 y 80 habían emprendido ya su ascensión artística.

Además de los directores citados, al movimiento lo conformaban una treintena de actores, productores, guionistas, que estaban emprendiendo una verdadera revolución en Hollywood: trasladaban sus filmaciones de sets a locaciones reales, y sus soluciones narrativas eran más osadas, más modernas.

Con Alfred Hitchcock como un importante precedente, Kurosawa como una de las piezas fundamentales en su nueva visión fílmica, y la transformación del cine mudo al sonorizado como la revolución inmediatamente anterior a la suya: el Nuevo Hollywood se desviaba de toda forma clásica para ingresar en una nueva de contar las cosas.

De Niro, Keitel, y Scorsese en el set de Mean Streets. Fuente: onset.shotonwhat.com

Entre los puntos más destacados por los críticos: están el hecho de que, antes del Nuevo Hollywood, los personajes en los filmes eran piezas que desarrollaban la premisa fílmica (plot); eran motivados por sus deseos y en ese sentido desarrollaban la historia de una forma funcional.

El Nuevo Hollywood, en cambio, dibujaba personajes a la inversa: era la historia misma la que utilizaba a los personajes; con esa sutil pero profunda diferencia, los directores de este movimiento pudieron decantarse por narraciones no lineales, irresueltas, que buscaban provocar al espectador, sacarlo de su comodidad, romper, en suma, su horizonte de expectativas.

De ahí la importancia de Hitchcock y Kurosawa; una de las películas más celebradas de Scorsese, en este sentido, es Taxi Driver (1976), cuya exploración del antihéroe y ambivalencia moral permitió una exploración diferente de la noción de crimen.

Detrás de cámaras de Taxi Driver.

Scorsese ocupa uno de los lugares más preciados en este círculo de directores. Mientras que el Nuevo Hollywood también fue responsable del estallido de la era digital y los efectos especiales (Lucas y Spielberg), Scorsese se decantó por explorar el género noir: el crimen, las calles; la relación que guardan estos dos elementos respecto del orden público, y las formas en que uno y otro orden se corrompen.

Robert De Niro vivió al lado de Scorsese esta etapa: Mean Streets (1973) fue la primera gran entrega de esta dupla: le siguió Taxi Driver, New York, New York (1977), Raging Bull (1980), The King of comedy (82), Goodfellas (90), Cape Fear (91) y Casino (95). Todas ambientadas en la ciudad, el gran personaje de Scorsese; en ese mundo salvaje sus personajes nacen, crecen, se reproducen y mueren como atados a un orden superior, ya fuere la mafia, el dinero, o la Historia.

Scorsese dirigiendo Raging Bull. Fuente: Scrapsfromtheloft

A través de más de una veinte de filmes Scorsese ha dejado esa firma fundamental e inconfundible; otra docena de documentales respaldan su carrera, y varias incursiones en la televisión. Su vena creativa, por otro lado, se ha mantenido vigente, y su próximo proyecto es uno pactado para distribuirse en la plataforma Netflix: una cobra gigante que, dicen unos, matará al cine, o lo salvará, argumentan otros.

Precisamente por esta cualidad, el Principiado de Asturias falló a su favor esta mañana, pues: “desarrolla, asimismo, una intensa y amplia tarea de recuperación, restauración y difusión del patrimonio cinematográfico histórico en todo el mundo, a través de proyectos como The Film Foundation y World Cinema Project. Todo ello le convierte en una figura indiscutible del cine contemporáneo”.