Entre la locura y la violencia: 6 películas sobre la perversión humana

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A lo largo de toda su historia, el cine nos ha demostrado que los monstruos más terribles no son aquellos que provienen de otros mundos o dimensiones alternas, ni siquiera los que escapan del mismo infierno, sino que se ha empeñado en hacernos saber que la más brutal y violenta de todas las criaturas no es otra más que el ser humano.

Y si bien existen cintas como Winchester (La maldición de la casa Winchester, 2018) o The Crucifixion (La crucifixión, 2016) las cuales nos enseñan que el miedo a lo sobrenatural siempre ha sido uno de los mayores temores del hombre debido a que esto significa enfrentarse a lo desconocido, hay otros trabajos como A serbian Film (Una película Serbia, 2010), Creep (2014), o The Devil’s Rejects (Los renegados del diablo, 2005) que no se tientan el corazón y dejan en claro que el verdadero horror proviene del mismo hombre, pues mediante temáticas por demás retorcidas y escenas explícitas -que en la mayoría de las ocasiones sólo buscan generar morbo- dejan en claro hasta dónde pueden llegar ciertos individuos con tal de saciar su sed de sangre.

La parada de los monstruos (1932)

Un ejemplo de ello es la película Freaks (La parada de los monstruos, 1932), la cual nos enseña que la deformidad humana no es sinónimo de maldad y la belleza tampoco lo es de perfección, pues a veces las peores personas son las que parecen más nobles, mientras que los más bondadosos son aquellos a quienes la vida ha tratado injustamente.

La historia nos muestra a Hans, un enano perdidamente enamorado de Cleopatra, quien sólo está interesada en él por su dinero, así que hará todo lo posible para quedarse con la fortuna de su amado. El único inconveniente es que los fenómenos del circo saben de su perverso plan, así que tomarán drásticas medidas para vengar el daño hecho a su compañero.

Esta es una cinta que nos demuestra que la ambición del ser humano puede llegar a extremos inimaginables. Sin embargo existen otro tipo de filmes conocidos como slashers o psycho-movies, las cuales suelen mostrar personajes trastornados y cuya locura los lleva a cometer actos repugnantes, tales como el canibalismo (link de “De la carne a la pantalla: 10 cintas sobre canibalismo”), siendo quizá uno de los más famosos caníbales el asesino conocido como Leatherface (link de «Leatherface”, la cinta que la saga necesitaba, pero que no merecía»). Sin embargo, hay otras que nos demuestran que los psicópatas son incapaces de sentir remordimiento alguno, y eso es precisamente lo más atemorizante de estos personajes, pues no se detendrán ante nada ni nadie para cumplir sus más perversas fantasías, tal como lo retrata la siguiente película.

Henry, retrato de un asesino (1986)

Henry es un hombre que parece llevar una vida normal, sin embargo, se trata de un asesino serial que gusta de torturar y matar a jóvenes mujeres. Junto a él se encuentra Otis, otro sujeto igual de perturbado que se convertirá en su compañero en el crimen, o al menos hasta que la hermana de este último, Becky, interfiera en la vida de ambos.

Henry es, sin duda alguna, un ser humano despreciable que nos demuestra que la locura no tiene límites, al igual que también nos lo dejan en claro cintas como The Woman (La mujer, 2011) o Frontier(s) (La frontera del miedo, 2007), filmes pertenecientes al llamado “Extremismo francés”, y el cual se caracterizó por mostrar en pantalla brutales historias con una alta dosis de gore y violencia.

Irreversible (2002)

Dentro de este Extremismo francés entra una de las cintas más duras que han existido y la cual retrata fielmente –por muy inhumano y lamentable que esto se puede leer- el acto de violar a una persona: Irréversible (Irreversible, 2002).

La película nos presenta los terribles acontecimientos que tres personas deben sufrir en la que será la peor noche de sus vidas. Marcus y Pierre son dos amigos quienes, briagos de ira e impotencia, salen en busca de Le Tenia, el hombre que violó y golpeó casi hasta la muerte a Alex. La cacería del depredador sexual tendrá un costo bastante caro y, por supuesto, doloroso.

Y aunque esta cinta no entra propiamente en el género de terror, el horror que sí experimenta el espectador es sumamente increíble. Asimismo, este extremismo es una muestra de que no todo el buen cine de género proviene de los Estados Unidos, sino que también hay productos nacionales en cada país que al menos son interesantes de mirar, tales como la mexicana Atroz (2015) o la española Verónica (2017). Sin embargo, otro país que más puede jactarse de crear algunas de las mejores cintas de terror es Japón, pues con obras como I am a Hero (Soy héroe, 2015) o con directores como Takashi Miike le han regalado al público grandes momentos de horror y torturas.

Audición (1999)

En Audition (Audición, 1999) Shigeharu Aoyama es aconsejado por su hijo para conseguirse una nueva esposa. Es así que el padre decide darse una nueva oportunidad en el amor, recibiendo para esto la ayuda de un amigo quien le ayuda a realizarles una audición a varias mujeres con tal de encontrar a la esposa adecuada. Al casting asiste Yamazari Asami, una bella mujer que cautiva por completo a Shigeharu; ahora, lo que en un principio parece ser un tierno romance, pronto adquirirá tonos por demás retorcidos, dolorosos y, sobre todo, sangrientos.

Asimismo, el cine de terror se caracteriza por la gran libertad en sus temas, misma libertad que lo hace un género por demás moldeable e interesante, pues en él se pueden encontrar fieles adaptaciones de novelas, como lo es Frankenstein hasta una mezcla que puede llegar a ser por demás divertida debido a las temáticas de algunas películas, creando un híbrido entre el terror y la comedia, y filmes como Evil Dead (Posesión infernal, 1981) o Cooties (Piojos, 2014) lo demuestran.

Sin embargo, existen otras obras que deciden ir más allá, pues aunque parecieran absurdas, no dejan de ser entretenidas, tales como aquellas en donde se nos muestran a locos doctore obsesionados con crear horribles monstruos, como lo es The human Centipede (El ciempiés humano, 2009), Tusk (2014) e incluso La piel que habito (2011). Sin embargo, los temas tan controversiales que llegan a presentar estas cintas no son nuevos, pues ya desde décadas atrás se presentaban historias incluso más escandalosas, como veremos a continuación.

Vase de Noces (1974)

La película es una historia de drama y romance como muchas otras que el celuloide nos ha regalado, con el pequeño detalle de que en ésta veremos a un solitario granjero enamorarse de un cerdo, con quien iniciará una serie de coqueteos hasta lograr tener relaciones sexuales con el animal. Su amor dará como resultado el nacimiento de varios hijos “mitad cerdo mitad hombre”, lo que dará inicio a una serie de eventos todavía más extraños.

Como vemos, el cine de terror lleva años experimentando no sólo con historias por demás variadas, sino volviendo a rehacer demasiadas películas que en su tiempo fueron exitosas, entregándole así a los fanáticos también dignos remakes e incluso filmes que toman de pretexto los días festivos o hasta las fiestas familiares, tales como la Navidad.

Asimismo, este tipo de películas han demostrado que pueden ser productos más interesantes cuando se utiliza no sólo un terror visceral y visual, sino atreviéndose a ir más más allá, adentrándonos en la mente de los protagonistas, logrando así resultados bastante buenos, como lo es la siguiente obra

May, muñeca diabólica (2003)

May nos presenta la historia de la típica joven inadaptada y por demás introvertida cuyo mayor deseo es tener un verdadero amigo; uno que la ame, la comprenda y no la juzgue ni la obligue a hacer nada que no quiera. Afortunadamente en su camino se cruzarán un hombre y una mujer que, tanto sentimental como sexualmente la harán experimentar sensaciones que nunca había vivido; sin embargo esta relación no durará mucho, por lo cual la joven decidirá que la única manera de salir de su soledad es bastante simple: construirse –como si fuera un muñeco de trapo- a su propio compañero.

Como hemos visto, existen películas que por muy viejas o actuales que sean son capaces de hacer que hasta el más duro espectador se sienta incómodo ante las temáticas que manejan, demostrando que el peor monstruo de todos es aquel al que llaman “ser humano”; así que la próxima vez que alguien sienta ánimos de burlarse de aquellas personas que por su condición física son vistos como fenómenos, o incluso si se desea buscar una nueva pareja o hasta un nuevo amigo, quizá sea mejor que lo piensen dos veces.